Hidrovía Paraná-Paraguay: llegó la hora de las provincias
Abril de 2021, veintiséis años después de concesionarla al consorcio Emepa-Jan De Nul, era la fecha de caducidad del contrato que contemplaba dragado, señalización y balizamiento de la Hidrovía Paraná-Paraguay. Esta autopista fluvial que pasa por Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil, es una vía de salida estratégica para nuestras exportaciones. Por allí pasa por año más del 80% del comercio exterior argentino, unos u$s70.000 millones, en 4400 buques (la mitad, cargas de granos) que transportan 100 millones de toneladas.
Durante todo el 2019, el vencimiento de la concesión fue noticia periódicamente. No sólo por la inquietud e incertidumbre de actores de múltiples sectores involucrados en el negocio fluvial. Sino además porque el gobierno de Mauricio Macri intentó “apurar” el proyecto de licitación. Se sabe que lo que había armado la cartera de Transporte, a cargo de Guillermo Dietrich, proponía una profundización del río hasta 10 kilómetros al norte de Timbúes, en Santa Fe, y dejaba afuera a los puertos del NEA, Barranqueras entre ellos, con la promesa de sumarlos a una segunda etapa de licitaciones.
De hecho, ese proyecto llegó bastante lejos: en los últimos días de gobierno, se presentaron los pliegos preliminares del contrato por un plazo de 10 años que contemplaba dragado y balizamiento del canal central a 38 pies (cuatro más que los actuales) hasta Timbués, núcleo agroexportador santafesino.
En medio de declaraciones de todo tipo, surgieron los jugadores que estaban y otros nuevos. La compañía de dragados belga Jan De Nul, actual concesionaria que integró un grupo junto con Emepa (del denunciado en la causa “cuadernos” Gabriel Romero), confirmó su interés en participar de la nueva licitación. De hecho, Pieter Jan De Nul, country manager para Argentina, estuvo en noviembre en Barranqueras. En ese escenario, habló de “profundizar el canal principal” de la hidrovía “no sólo hasta Rosario” sino incluyendo a los puertos de “Diamante, Santa Fe y Barranqueras”, hasta Confluencia porque “tienen mucho potencial”.
Entrevistado hace pocos días por el diario La Nación, De Nul evaluó con rigor al anterior gobierno: “Perdió 4 años al no profundizar la hidrovía. Según datos de la Cepal, se perdieron US$500 millones por año en sobrecostos logísticos. No profundizar el río a 36 pies genera esas pérdidas anuales”.
El administrador del puerto de Barranqueras, Roberto Benítez –confirmado por estos días al frente de ese ente-, aseguró promediando el año que había empresas chinas interesadas en la operación de la hidrovía, con una propuesta para el dragado y mantenimiento hasta la Confluencia de los ríos Paraná y Paraguay que incluye al riacho Barranqueras.
El anuncio de Alberto
Un día después de asumir como presidente, Alberto Fernández hizo el anuncio más importante para las economías regionales del litoral argentino, generadoras del mayor volumen de granos exportables: la Hidrovía Paraná-Paraguay será gobernada por las provincias que la tienen y la usan. Es decir, Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Chaco y Formosa comenzarán a administrarla.
Si bien el anuncio no abundó en demasiados detalles, la idea del mandatario argentino es traspasar a las provincias la administración de la autopista fluvial, con un formato de coparticipación de recursos.
El anuncio del presidente fue ante la Asamblea Legislativa de la provincia de Santa Fe, el miércoles 11 de diciembre. Allí, Fernández acompañó la jura del nuevo gobernador, el peronista Omar Perotti y de la vice, Alejandra Rodenas.
esde Entre Ríos se oyeron horas después las primeras voces a favor de la iniciativa. Es que se trata de otra de las provincias con puertos públicos postergados y desenganchados de la hidrovía que, como Barranqueras, necesitan mayor calado y previsibilidad en los trabajos de dragado.
En suma, el 2020 aparece en el escenario como el año de las definiciones. Se deberá acordar un formato para la administración de la vía fluvial y los protagonistas serán gobernadores del mismo signo político en cinco de las seis provincias involucradas: Axel Kicillof en Buenos Aires, Gustavo Bordet en Entre Ríos, Perotti en Santa Fe, Jorge Capitanich en Chaco y Gildo Insfrán en Formosa. Corrientes, la sexta jurisdicción en cuestión, está gobernada por el radical Gustavo Valdés.
Hacia un desarrollo armónico, equilibrado y no centralista
Para el gobernador Jorge Capitanich, la Hidrovía Paraná-Paraguay es un recurso estratégico que requiere obras para que las mejoras logísticas se noten realmente fronteras adentro del Chaco.
“La ventaja de administrarla con sentido federal implica un desarrollo armónico, equilibrado y no centralista de los beneficios estratégicos de las inversiones programadas”, valora el mandatario al opinar sobre la decisión del presidente Fernández. Por eso resalta que “para el Chaco significará poner en valor dos de sus puertos estratégicos: Barranqueras y Las Palmas”.
“Con balizamiento, señalización y dragado del riacho Barranqueras, el puerto se vuelve competitivo y podría triplicar sus recursos operativos, garantizando máxima eficiencia portuaria y un efecto multiplicador de nuestra economía provincial y regional”, confía el gobernador que acaba de asumir su tercer mandato en la Provincia.
En su primera y maratónica visita a Buenos Aires para múltiples reuniones, el mandatario mantuvo 14 audiencias en 12 horas, entre las cuales no estuvo el ministro de Transporte, Mario Meoni. El encuentro para perfeccionar los detalles de la futura administración de la hidrovía quedó para una nueva gira por gestiones.
En materia de obras inmediatas, Capitanich señala como claves a la señalización, el balizamiento y el dragado en el canal principal y en los canales de acceso, apuntando a “garantizar eficiencia operativa todo el año las 24 horas”.